MENSAJES

MENSAJES 2020

ALOCUCIÓN EN LA TOMA DE POSESIÓN

MONS. FIDENCIO LÓPEZ PLAZA

  1. SALUDOS.
  1. Salve Familia Divina, Trinidad Santa, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Salve San José, Dios Padre siempre está contigo. Salve María llena de gracia, bendito el fruto de tu vientre. Salve Palabra encamada que has puesto tu casa entre nosotros. Salve novenario de distintas letras, que unidas dan a luz una palabra luminosa: Salve tierra del juego de pelota y de las salamandras azules. Salve Querétaro, salve Diócesis de Querétaro. Salve Iglesia sencilla semilla del Reino, Iglesia bonita corazón del pueblo. Salve otra vez, a quien le ha puesto música a la historia y al camino de esta Iglesia que se reconoce caminando. Salve Virgen y esposa.
  1. Salve Sr. Nuncio Apostólico Franco Coppola, gracias por ser signo visible de la comunión con Pedro y dar cumplimiento al mandato del Papa Francisco. Gracias Sr. Nuncio, nos alegra sentirnos cerca del corazón del Papa.
– Salve venerables Arzobispos y Obispos por este signo de comunión y de colegialidad en momentos tan significativos para esta Iglesia Diocesana. – Saludo y agradezco de manera especial a Mons. Mario de Gasperín, Obispo Emérito y Administrador Apostólico de esta Diócesis en tiempos de sede vacante, la historia le ha reservado un lugar especial entre nosotros. – Saludo y agradezco a Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, Arzobispo de la Arquidiócesis de Durango, que virtualmente está presente entre nosotros. Gracias por la vida, la fe y la huella que ha dejado en estas tierras. – Saludo a quienes nacimos y nos alimentamos en este mismo nido, me refiero al Sr. Arzobispo de Monterrey Mons. Rogelio Cabrera López, al Sr. Arzobispo de Tulancingo Mons. Domingo Díaz Martínez y a nuestro querido Mons. Florencio Olvera Ochoa, Obispo Emérito de Cuernavaca.
  1. Saludo sobre todo a los venerables Sres. Obispos y Sacerdotes de las Provincias del Bajío y de Xalapa. Gracias por este signo de comunión a pesar de la crisis causada por la pandemia COVID- 19.
– Gracias hermanos Sacerdotes y laicos de la Diócesis de San Andrés Tuxtla Veracruz que me acompañan en esta Pascua. Seguiré soñando que con la riqueza del agua y de la tierra, de su pueblo y sus Sacerdotes, están en excelentes condiciones para seguir manifestando las maravillas del Señor. A ustedes hermanos Sacerdotes, Diáconos y Seminaristas de esta querida Diócesis, tengo solo una palabra que decirles: ¡Eucaristía! Allí nacimos y allí nos entendemos, allí nos sentimos completos. Todos los días vivimos el estupor, y tenemos la enorme dicha de sentimos cuerpo y de confirmarnos como ofrenda permanente: “Tomen y coman todos, este es mi cuerpo que será entregado por ustedes”. Gracias por su presencia. Aprovecho para decirles que por lo pronto quedan confirmados en el servicio que se les ha confiado. Saludo a mis hermanas y hermanos de Vida Consagrada y las diferentes Casas de formación, les invito a renovar e irradiar con más intensidad la frescura de su carisma fundacional.
  1. Saludo a ustedes mis hermanos laicos y laicas, hombres y mujeres de esta querida Diócesis, conozco su hambre de comunión y de participación. Allí está nuestra esperanza. A los movimientos y grupos apostólicos les invito a Primerear como Iglesia en salida. A las mujeres, a los niños, adolescentes y jóvenes, a los más pobres, empresarios, obreros, campesinos, indígenas, a todas y a todos les invito a ponerle ternura, creatividad y los valores de Reino de Dios, al corazón de la nueva cultura que está emergiendo. A todos los exhorto a seguir consolidando el Proceso Diocesano de Evangelización mediante la vivencia de la espiritualidad de comunión, como se indica en el objetivo del Plan Diocesano de Pastoral en su cuarta etapa 2017-2025.
  1. Agradezco la presencia respetuosa y solidaria, de las autoridades civiles. Gracias Sr. Lic. Alfredo Botello Montes representante del gobernador del Estado de Querétaro, y Lic. Alfonso Ruiz Chico, representante del gobernador de Guanajuato.
– Gracias Sres. Presidentes municipales y autoridades civiles del estado de Querétaro y de Guanajuato, nos unen vínculos profundos. Vivimos todos en la casa común y el bien común, es el don y la tarea que Dios nos ha confiado a todos. Ustedes desde la fidelidad a los principios e ideales de sus partidos políticos, y una vez elegidos, gobernando para todos; y nosotros como ministros de comunión e instrumentos del sueño de Jesús: “Que todos sean uno” y guiados por el principio de que “El todo es superior a la parte”. Saludo y agradezco cordialmente a los medios de comunicación y a las redes sociales su servicio a la sociedad y a la Iglesia, gracias por ponerle corazón al acontecer. Aprovecho para saludar a los miles de hermanos y hermanas que están en contacto con nosotros por estos medios.
  1. QUÍTATE LAS SANDALIAS DE LOS PIES
(Fidelidad al dueño de la casa).
  1. Animado por la vida, la misión y el testimonio de Moisés, llego a casa sorprendido y muy despacito. Moisés nos ha enseñado que quien se acerca a la zarza luminosa, tiene que quitarse las sandalias de los pies, porque anda pisando la querencia y los terrenos del Dios vivo. Es necesario enseñar a los pies a sentir el suelo, el “humus”, porque generalmente pensamos de acuerdo al terreno que pisamos. Es necesario quitarnos las telarañas de los ojos para poder mirar, en medio de la zarza y del propio lodo, la presencia del amor y la misericordia de Dios. Ser pastor es un don que no se lleva con ningún tipo de arrogancia. No somos dueños de la casa, somos simples administradores y Dios nos pedirá cuentas.
Así se entiende mejor, lo que San Agustín compartía con sus fieles: “Si lo que soy para Ustedes me espanta, lo que soy con Ustedes me conforta. Para Ustedes soy Obispo, con Ustedes soy Cristiano. Obispo es el nombre de una carga que se asume; Cristiano es el nombre de una gracia que se recibe. El título es peligroso, el nombre es salvador”. Les recomiendo poner en el lugar más sagrado de su casa el acta de su bautismo. (Sermón 340 CCL104, 919, 1). III. ALABADO SEA MI SEÑOR (La ecología y la paternidad).
  1. “Bienvenido a casa Padre Fide”. En estos días he escuchado reiteradamente, esta bienvenida que tanto agradezco, y que tanto bien me hace. Guardaré estas palabras en mi corazón con todo el respeto y la veneración que percibo en ustedes, y que el dueño de la casa común y el Padre de todos nos pide tener en cuenta como estilo de vida y principio elemental para poder subsistir.
  1. Entiendo que en este modo de darme la bienvenida, me están invitando a interpretar sus sentimientos, y a discernir la voluntad de Dios en estos tiempos en los que la paternidad, la casa común, y los que vivimos en ella, estamos ante la disyuntiva de seguir viviendo o escoger nuestra propia destrucción. “La Casita Sagrada ha sido profanada”. Tenemos que convencernos que viajamos en la misma barca, que todos somos responsables de todos, que sólo unidos podremos restaurar el tejido social tan manoseado y tan herido, y que solamente caminando juntos podremos redescubrir la belleza de ser Iglesia.
  1. Imagino también que cuando me dicen bienvenido Padre Fide, me quieren decir bienvenido a conocer lo que nos alegra y lo que nos entristece en nuestra propia casa. Bienvenido a caminar con nosotros del centro a las periferias, del mercado a las plazas comerciales, de las fábricas al campo, de Aguazarca a la Basílica de Guadalupe (como se ha estado haciendo desde hace 127 años) y a las peregrinaciones chiquitas y grandes que son verdaderas profesiones de la fe, de la alegría y de la «belleza de ser cristianos católicos en estas tierras.
  1. También me imagino que cuando me dicen bienvenido a casa Padre Fide. me entregan el sueño de Jesús, que todos digamos “Padre nuestro” y “Que todos seamos uno”. Me imagino que me manifiestan lo que andan buscando: Un Padre, que escuche y que abrace, y me recuerdan también,lo que todos estamos llamados a ser, “Padres misericordiosos, como nuestro Padre Dios es misericordioso”. Este es el principio fundamental de la actuación de Dios y de Jesús, y éste ha de ser también el principio de actuación de sus seguidores.
Ante este escenario el Papa Francisco como el pobre de Asís, sueña con una opción misionera capaz de transformarlo todo, nos propone volver al acontecimiento fundante que nos ha puesto en camino, y nos llama a unimos al concierto original de todas las criaturas. “Alabado sea mi Señor”, Laudato si.
  1. LA IGLESIA EN SALIDA
(El nuevo paradigma eclesiológico)
  1. Si el primer milenio del cristianismo estuvo marcado por el paradigma de la Iglesia como misterio de comunión, y el segundo milenio lo estuvo por el paradigma de la Iglesia de cristiandad, el tercer milenio está siendo marcado por el paradigma de la Iglesia en salida misionera y la sinodalidad. Este es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio (EG 15, 21-49). El camino que el Papa Francisco describe en los 288 números de la Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio), que enriquece con los 287 de su encíclica “Todos hermanos” (Fratelli Tuti), y que sintetiza de esta manera: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del, mundo actual más que para la autopreservación” (EG 27).
  1. En ese sentido, el horizonte, la mirada a lo lejos, donde la tierra se junta con el cielo es esa: la de una iglesia misionera, en donde todos se involucran y donde con la alegría y la fuerza del evangelio se transforma todo. Papa Francisco está plenamente convencido, de que en la misionariedad‘ está la clave para la reforma de la Iglesia, que la misión representa hoy su mayor desafío; que la misión implica poner en clave misionera la actividad habitual de las Iglesias particulares; que la misión es quien hace caer las estructuras caducas y lleva a cambiar los corazones de los cristianos; que la misión es el paradigma de toda la Iglesia. Para explicar la urgencia de la salida misionera, Papa emplea la parábola de la bicicleta que sólo puede estar de pie, y encontrar el equilibrio si camina (Cfr. EG 19-49).
  1. Todo esto en la práctica pastoral implica por lo menos tres cosas:
  2. a) Asumir los cinco verbos con los que el Papa Francisco define e identifica a la Iglesia en salida misionera: Primerear, Involucrarse, Acompañar, Fructificar, Festejar (Cfr. EG 24). b) Contemplar y enriquecer las imágenes preferidas del Papa Francisco para animar la reforma de la Iglesia: Iglesia Pastora, Samaritana, Hospital de campaña, Peregrina, Madre de corazón abierto y puertas abiertas, etc.
  3. c) La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en el Proyecto Global de Pastoral (PGP), ha enriquecido este hermoso imaginario con los íconos de “Jesucristo Redentor” y el de “la Casita Sagrada”, que sintetizan la idea y nos ponen en movimiento de salida misionera para celebrar en el 2031 y en el 2033 los acontecimientos Guadalupano y el Redentor, respectivamente.
  1. LO QUE NO SE ASUME NO SE REDIME
(La ley de la Encarnación).
  1. En el orden pastoral, permanece válido el principio de la Encarnación formulado por San Irineo: “Lo que no se asume no se redime” (Cfr. DP 400). Por eso como dice un canto muy conocido entre catequistas: “Los hermanos de comunidad tres pasos han de dar dar, el primero es contemplar contemplar, el segundo es discernir discernir, el tercero es proponer proponer, y todo esto en comunidad”. Asi reconocemos que el mejor servicio al hermano es la evangelización y que no es posible su cumplimiento sin un esfuerzo permanente de conocimiento de la realidad y de adaptación dinámica, atractiva y convincente del mensaje a los hombres y mujeres de hoy (Cfr. DP 85).
  1. En este sentido, teniendo en cuenta que la pastoral tiene una exigencia de fidelidad a l0 mejor de su pasado, una exigencia de actualización continua ante los desallos del momento presente y de esperanza creativa ante el futuro, y siguiendo la ruta marcada en el Plan Diocesano de Pastoral. Tenemos que reconocer, interpretar y hacer juntos, las opciones pastorales convenientes ante la crisis antropológico- cultural causada por el cambio de época y acelerada por la pandemia COVID-19. Como decían los obispos reunidos en aparecida desde el año 2007, “No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia. Él nos convoca en la Iglesia, y quiere multiplicar el número de sus discípulos y misioneros en la construcción de su Reino” (DA 548).
– Estamos en las manos de Dios. Que nuestro Padre Señor San José, que nuestra Madre Santa María en su advocación de los Dolores de Soriano y su Hijo Jesucristo el Buen Pastor, nos cobijen y nos acompañen. Que Dios les bendiga, Dios les proteja, Dios les de la paz.

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